Ruta por el bosque de Carlac, en el valle de Arán

Este es un bonito recorrido circular de menos de tres horas por uno de los lugares más mágicos del Valle de Aran, el hayedo de Carlac. Desde el encantador pueblo de Bausen llegaremos a un bosque de hayas milenarios que parece salido de un cuento de hadas.

Bausen, el último municipio antes de llegar a la frontera francesa, es el pueblo más septentrional de Cataluña. Está situado a 930 metros de altitud y tiene menos de 60 habitantes, pero aún conserva el encanto de la arquitectura de la zona, con sus casas tradicionales aranesas.

Paseando por sus estrechas calles, casi seguro que nos vendrá a la memoria alguno de los cuentos que leíamos cuando éramos pequeños …

Para llegar, tenemos que coger la carretera N-230 que va de Viella a Francia, poco después de atravesar Les, encontraremos a la izquierda el desvío hacia Bausen.

Una vez llegamos al pueblo podemos aparcar el coche en un pequeño aparcamiento que hay en la entrada. Delante de la iglesia, un cartel señaliza la ruta. Si la empezamos aquí, la subida es más larga pero más suave. La otra opción es hacerla en sentido contrario, desde la parte más alta del pueblo, entonces la subida es más pronunciada hasta llegar al Coret de Pan, después ya todo es bajada. Así es como la hice yo y como la cuento. El desnivel total es de unos 350 metros.

Un pueblo aranés con encanto, la puerta de entrada al bosque de Carlac

Vale la pena pasear tranquilamente por Bausen, y observar las típicas construcciones araneses de las casas, las ventanas, los tejados de pizarra, todos los pequeños detalles que vamos encontrando a nuestro paso. También casas abandonadas que parecen de película de miedo…

Al llegar al final del pueblo, la calle principal se convierte en un camino empedrado. Pasamos junto a algunas viejas bordas, que dejamos atrás y empezamos la subida por un amplio sendero que poco a poco va ascendiendo. Cuando llegamos a un cruce, tomamos el camino de la derecha.

Vamos avanzando por zonas sombrías y con mucha vegetación. La ruta está hecha el mes de mayo y la primavera estaba en su máximo esplendor. El camino va serpenteando, y pasamos por algunas bordas abandonadas.

La subida se va volviendo más dura pero, como recompensa, vamos ganando altura de forma muy rápida y ya empezamos a tener perspectiva del valle de Toran.

El sendero se va abriendo camino. A partir de este tramo de la subida, y hasta llegar al bosque, ya no encontraremos ninguna sombra.

Las marcas del sendero, blancas y rojas, no siempre son visibles y sobre las rocas quedan desdibujadas. En algún momento podemos perderlas de vista pero si nos fijamos bien, el camino no tiene pérdida.

Mirando hacia atrás, vemos montañas que ya pertenecen a los Pirineos Franceses.

Contemplando el Aneto entre nubes

Llegamos al Coret de Pan, el punto más alto de la ruta. Estamos a 1.180m. Delante tenemos, medio ocultados por las nubes, algunos de los picos más altos del Pirineo: el Aneto y la Maladeta. Las vistas, pese a las nubes, son impresionantes.

Desde el Coret de Pan vamos bajando y nos adentramos en pleno bosque. Los prados de la solana dan lugar a una vegetación sombría y húmeda: helechos, musgo, hayas …

Durante unos metros, el sendero está encharcado de barro debido a las últimas lluvias. Las marcas rojas y blancas siguen indicando el camino a seguir.

En la entrada del bosque de Carlac, las formas sinuosas de los árboles, nos dan la bienvenida a un mundo casi de fantasía y de leyenda…

Por el camino encontramos hayas jóvenes…

Y hayas maduras, que forman extrañas estructuras moldeadas por cientos de años de vida…

Sale a nuestro paso el «arriu» de Carlac que cruzamos, mediante un puente de madera.

Paisajes con magia

En medio del bosque nos sorprenden algunos claros,

que permiten contemplar el paisaje que nos rodea. 

La niebla añade un toque aún más mágico y misterioso al bosque. 

Vamos bajando, siguiendo las marcas, aunque hay momentos en que nos podemos despistar y perderlas de vista…

Poco a poco nos vamos acercando a Bausen por el lado contrario de donde hemos salido. Pasamos cerca de unas antenas y veremos otros pueblos del valle de Toran, como Canejan. Antes de llegar a Bausen podemos desviarnos hasta el cementerio de Teresa, un lugar que esconde una apasionada y triste historia de amor. También encontraremos un mirador de todo el valle.

Una ruta fantástica, especialmente en otoño, cuando los árboles cambian su tonalidad.

Es recomendable ir también hasta Canejan, otro precioso pueblo aranés. Desde el mirador de su iglesia, veréis el bosque de Carlac y la ruta hecha desde otra perspectiva.

Tiempo ruta

3 horas aproximadamente (ida y vuelta)

Distancia (ida y vuelta)

6'8 km (circular)

Desnivel acumulado

380 metros

Qué descubrirás en esta ruta?

Más información

  • Dificultad: fácil/media
  • Circular: sí. Se puede comenzar en cualquiera de los dos sentidos. A la izquierda y en sentido del reloj hay menos subida pero más pronunciada. En sentido inverso, la subida es más larga pero más suave.
  • Época: todo el año, pero en invierno puede haber nieve. El otoño es uno de los mejores momentos porque el hayedo se tiñe de colores. En verano, hay que tener en cuenta que durante un tramo no hay sombra.
  • Agua: No hay fuentes. El perro podrá beber agua en el río que cruza el bosque pero mejor llevar, por si acaso.
  • Importante: Si ha llovido recientemente, el sendero puede estar anegado o con barro y las hojas pueden resbalar. Igualmente, si hay nieve, hay que ir con el equipamiento necesario.

Dónde ir a comer con el perro?

  • La Tarteria, Artiés (Vall d’Aran)
  • La Trastienda, Bossost (Vall d’Aran)

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